Lisandro Aristimuño tocó en La trastienda hace unos días y lo fuí a ver.
Estuvo bien, el pibe. El gordo insitía mucho con que era bueno, y la verdad, sonó bien.
Problema 1: Estaba lleno de minitas careta.
El chabón flashea bien con los pedales y samples, pero tira muchas programaciones en off y no cabe.
También medio que se hace el modernito con la ropa y no va.
Una buena banda, buenos cuelgues instrumentales, la chelista era muy nerd.
El chabón -y esos son los problemas del público argentino- se había mandado un final ambient flasheando samples re piola, cantando un pedacito de Goodbye blue sky y dejando el escenario; después de las palmitas tuvo que volver y cagar toda esta buena onda.
No voy a escuchar sus discos, pero cabe ir a verlo de vez en cuando.
20071225
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2 comentarios:
si sos crítico de arte a los 16 años estás podrido.
Más allá de eso mis mejores cariños a los dos deformes que llevan esto adelante.
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